El Cerco de Artajona

El Cerco de Artajona

El Cerco de Artajona se refiere al conjunto de fortificaciones medievales del siglo XI situadas sobre un cerro que domina la villa de Artajona. Originariamente tuvo catorce torreones almenados, de los que sólo quedan nueve, unidos por el camino de ronda.

Vista general del Cerco de Artajona

Vista general del Cerco de Artajona

Los vestigios más antiguos que se han encontrado en el lugar que hoy ocupa el cerco datan de la Edad del Hierro y en la época de Roma, entre los siglos I a.C. y II d.C. Las últimas excavaciones realizadas han confirmado la existencia de un Castellum, pequeño núcleo defensivo

Hasta el siglo VIII hay un salto en cuanto a datos y restos arqueológicos, lo que nos induce a pensar que este lugar estuvo abandonado durante estos siglos. Entre finales de éste y el siglo X, el lugar vuelve a ocuparse, siempre con carácter defensivo. Entre el XI y el XII se construye el templo románico sobre el que posteriormente se erigiría la actual iglesia fortaleza, aunque hay indicios de una parroquia dedicada a San Juan Bautista que ocupaba el mismo lugar y alrededor de la cual se formó un pequeño núcleo de población.

Uno de los torreones del Cerco de Artajona

Uno de los torreones del Cerco de Artajona

En el siglo XI, el rey Sancho Garcés IV, el de Peñalén, y ya con los musulmanes desplazados al Sur de la península, concedió al noble García Aznárez la repoblación del lugar.

Pedro de Roda, obispo de Pamplona de origen francés, inicia una campaña de renovación, regalando iglesias y rentas a monasterios y cabildos extranjeros. Entre ellos figura en 1084, con la autorización del rey Sancho Ramírez, la iglesia con todos sus bienes, rentas y diezmos a los canónigos de Saint-Sernin de Toulouse.

Es entonces cuando los monjes inician la construcción de la primitiva iglesia románica y también acometen el cierre amurallado de la población alta que circunda al citado templo, aunque su forma actual es obra de posteriores construcciones durante el siglo XIII.

Con la Conquista de Navarra por parte de la corona castellana, y a pesar de que el Cerco se salva del Cardenal Cisneros y su desmoche masivo de los castillos navarros, pierde su función defensiva y comienza su deterioro sucediéndose las noticias y pleitos por sustracción de piedras de las torres y murallas.

Torreones del Cerco de Artajona

Torreones del Cerco de Artajona

En 1568 se acuerda alquilar las torres a particulares con el fin de frenar el deterioro y ya se menciona el mal estado de tres de ellas, y treinta años más tarde ya se dice que de las 17 torres de las que se componía el cerco inicialmente, cinco ya  habían sido derruidas.
Durante la segunda mitad del XIX y principios del XX, se retira mucha piedra del cerco, siendo significativa la que se utiliza en la construcción del Colegio y Hospital de Artajona en 1856.

En la actualidad el cerco mantiene doce de sus torres, nueve completas y tres en cimientos y entre las torres 8 y 9 cercanas a la puerta de San Miguel, conserva un lienzo de la muralla original.

Las torres son del tipo denominado bestorre, huecas por la parte interior de la muralla, que tienen un doble carácter defensivo, tanto para protegerse de posibles amotinamientos interiores, como para evitar que si el enemigo consigue franquear parte de la muralla, pueda hacerse fuerte en ellas. Originariamente estaban unidas por pasos de madera entre unas y otras para facilitar el tránsito entre ellas, así como constaban de varias plantas.

Ruinas del Cerco de ArtajonaTorreones del Cerco de ArtajonaTorreones del Cerco de ArtajonaTorréon del Cerco de Artajona

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